Excursión por el Monte del Pilar

En Majadahonda hay un bosque de encinas y pinos relativamente desconocido pero muy rico tanto en patrimonio cultural como forestal. En sus 800 hectáreas, aproximadamente la mitad que la Casa de Campo, podemos encontrar todo tipo de paseos y construcciones que dicen unas cuantas cosas sobre el pasado noble de este espacio.

Hay que tener en cuenta que el Monte del Pilar estuvo en otros tiempos unido a la Casa de Campo y al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares conformando un gigantesco cazadero real. Con el aumento demográfico de las ciudades, se fueron fragmentando y quedó aislado del resto de zonas.

En el siglo XIX pasó a manos privadas. Primero lo compró el banquero catalán Gaspar de Remisa, que fue quien plantó pinos y encinas y lo denominó «El Plantío de Remisa». En 1930 pasa a manos de José Luis de Oriol Urigüen, conocido especialmente por haber fundado Talgo y cuya familia lo ha ido heredando.

Lo nombró Monte del Pilar por la devoción religiosa de su esposa, Catalina de Urquijo Vitórica. De hecho, dicen que Oriol aseguraba que Dios le había encomendado la sagrada misión de cuidar de estos bosques. Su relación con el todopoderoso de los cielos y con el de la tierra, Francisco Franco, era tan fuerte que se atribuye a su intercesión que la actual Iberdrola (entonces Iberduero e Hidrola, que estaban controladas respectivamente por la familia de su mujer y por la suya) no fuera estatalizada.

Las urbanizaciones de El Plantío, Las Encinas y La Florida ocupan hoy terrenos que otrora pertenecieron al Monte del Pilar. No así Somosaguas y La Finca, que pertenecieron primero al marqués de Larios y después a la familia Urquijo, en la que se integraba precisamente la mujer de Oriol. Se ha quedado en 800 hectáreas, de las cuales 450 pertenecen a Pozuelo, 100 a Madrid y 250 a Majadahonda.

Actualmente, la parte que está en Majadahonda es ya de titularidad pública, mientras que el resto del monte sigue en manos de las familias Oriol y Martos, que hace unos años lo vallaron para evitar el acceso de paseantes, incluso por caminos teóricamente de uso público. La indignación popular se trasladó a diversas manifestaciones.

Hay una parte del antiguo Monte del Pilar que actualmente tiene un uso educativo muy unido a la vinculación tardía de los Oriol con los Legionarios de Cristo. Por una parte, la Universidad Francisco de Vitoria ocupa los terrenos más próximos a la M-40.

Por otra, el centro de Formación Cerro del Coto para mujeres pertenecientes a los Legionarios de Cristo. Está situado en la antigua residencia familiar de los Oriol de Cerro del Coto, que tenía espacio para 15 personas. En 1980 los Oriol donaron la finca y la casa a los Legionarios de Cristo, que ahora la han ampliado.

La entrada a la finca incluye la inscripción en vasco «Ongi etorri» y «Aurrera», que significan «Bienvenido» y «Adelante», junto a otra de la Virgen del Pilar. Son dos recuerdos de los antiguos moradores, originarios de Alava. Es curioso lo bien vallado que está todo el recinto. Se puede observar cómo incluso en algunas zonas se han colocado espinos en trozos que quedaron abiertos.

Los Oriol también tuvieron un palacete, que en 1987 compró Mapfre para acondicionarlo como sede de una de sus fundaciones. Además del dinero que cobró, la familia Oriol impuso una condición al comprador: que se respetara la capilla en la que se había venido celebrando misa diaria. Mapfre utilizó esta capilla para inaugurar un museo religioso bajo el nombre de Venancio Blanco, un escultor especializado en arte sacro.

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