Recorrido por Carabanchel

Palacio Nuevo en la Quinta de Vista Alegre

Desde Miraflores de la Sierra se pueden hacer excursiones por la ciudad de Madrid. Y uno de sus barrios más interesantes y desconocidos es Carabanchel, que hasta 1948 fue un municipio independiente. Conserva algunos vestigios históricos únicos. Como un mosaico romano que actualmente se conserva en el Museo de San Isidro de la ciudad y que es el más importante de esta época hallado en toda la Comunidad de Madrid. Sin olvidar a la Ermita de Santa María de La Antigua, iglesia de estilo románico-mudéjar considerada la más antigua de todo Madrid; y al cercano Sanatorio Esquerdo, obra de Antonio Palacios en 1877.

Un recorrido de Carabanchel puede empezar en el Tercio Terol, un conjunto de 640 viviendas unifamiliares en hilera construido entre 1940 y 1951 por la Dirección General de Regiones Devastadas para acoger a personas que se habían quedado sin vivienda tras la Guerra Civil. Siguiendo un modelo de ciudad jardín, todas las calles están trazadas siguiendo una trama ortogonal en torno a una plaza ajardinada situada en la parte más alta de la zona. En años recientes se ha puesto de moda entre artistas alcanzando sus viviendas precios muy elevados.

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Regresamos a la Calle General Ricardos, antiguo Camino de Alcorcón y auténtico eje transversal de Carabanchel, para recorrer esta vía en dirección Carabanchel Alto, cuesta arriba. Si caminamos hacia el río, nos encontraremos con una fachada pintada con un mural dedicado a los célebres comics «13 Rue del Percebe», obra del dibujante Francisco Ibáñez. La obra fue realizada por los artistas NSN997 y Kerudekolorz y se inspira en el arte urbano de los 80 y 90,

Después damos la vuelta y, tras pasar metro Oporto, encontramos a la izquierda un edificio abandonado conocido como «Fundación Goicoechea e Isusi«, un asilo para personas minusválidas como consecuencia de accidentes laborales. Data de 1926 y es obra del arquitecto vasco Secundino Zuazo por encargo de Ramona Goicoechea e Isusi, la esposa de una de las personas más adineradas de Madrid a finales del siglo XIX, el alavés Baldomero Murga Michelena, que hizo dinero con la banca (con sus primos los Urquijo), la importación de productos de Cuba y la construcción del ferrocarril.

Fundación Goicoechea Isusi

Seguimos caminando por la calle General Ricardos y llegamos en seguida a la finca conocida como Vista Alegre, reconvertida en uno de los mejores y más desconocidos jardines públicos de Madrid. Todavía se pueden encontrar en su interior los palacios que conformaron la Quinta de Vista Alegre, un recinto privado que perteneció sucesivamente a Francisco de Bringas, las reinas María Cristina e Isabel II y el Marqués de Salamanca. Su primer palacio data de 1824, cuando se construyó una casa de baños (actual estufa) aprovechando que muchos nobles se estaban construyendo villas de recreo (maisons de plaisance) por la zona. María Cristina, que quería pasar tiempo con su amante lejos de la Corte, la amplió aprovechando la desamortización eclesiástica hasta ocupar 42 hectáreas en las que edificó un nuevo palacio con su capilla y un salón árabe, puesto que en aquella época estaba de moda recrear ambientes exóticos. A la muerte del marqués de Salamanca en 1883 se destina a fines benéficos hasta quedar abandonado. Tras una restauración, se reabrió en 2021.

Si regresamos a la calle General Ricardos encontraremos a continuación diversos edificios de interés. A nuestra izquierda se encuentra la zona más antigua de Carabanchel, incluidos su ayuntamiento y varios edificios de estilo neomudéjar construidos a partir de 1920 aprovechando la Ley de Casas Baratas y que no suelen tener más de dos plantas. El neomudéjar se caracteriza especialmente por el uso del ladrillo, las ventanas con arcos, los balconcitos con barandillas de metal y los tejados de tejas que sobresalen sobre el muro del edificio.

Posteriormente encontramos varios edificios característicos de la postguerra por su estilo «imperial», caracterizado por las buhardillas, galerías porticadas de tradición castellana y frontones rotos. En uno de ellos está actualmente la Biblioteca La Chata.

Y ya posteriormente tanto a la derecha como la izquierda encontramos edificios que han ido sustituyendo en los ochenta a antiguas fábricas que había en la zona y especialmente la Fosforera. Muchas son viviendas de realojo con muy pocas ventanas y ciertos elementos postmodernistas como las columnas. Pero hay otras un poco más agradables con más ventanas y jardines. Las de la Fosforera, obra de José Luis Iñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro, incorporan unas buhardillas en el tejado que recuerdan mucho a las de las casas antiguas del centro de Madrid.

Y si seguimos avanzando por la calle llegamos a la joya de la corona, la Colonia de la Prensa, obra de Felipe Mario López Blanco entre 1913 y 1916, merced a ley de casas baratas y siguiendo un estilo de ciudad jardín. Se trata de una cuarentena de «hotelitos» con estilos modernistas y art-déco promovidos por una asociación de periodistas. Algunos se han perdido. Las dos más interesantes son el del rey Alfonso XII y el del gato, donde se solía alojar el poeta Manuel Machado. El acceso, un puesto de guardia con garitas modernistas, también es muy interesante pese a su deterioro. Muchas casas se han perdido pero sigue habiendo otras de gran valor.

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